jueves, 20 de octubre de 2005

La Cope y sus cosas de gran risa.

Me pide el chache que comente algo aparecido en “A sueldo de Moscú” porque se le revuelven las tripas. Y es que no es fácil, no, oir esa bajeza y quedar indiferente.

Se trata de una sección de humor de muchísima risa en las mañanas de la Cope, esa cadena de la Conferencia Episcopal. En un fragmento que deben considerar tremendamente hilarante se mofan con las más indignante vileza que he tenido la desgracia de oir en mi vida de las calamidades, hambre y muerte que sufren los inmigrantes intentando saltar la valla hacia un mundo que consideran mejor, en el que al menos piensan que podrán ganarse la vida dignamente y aún enviar algo de dinero a las familias que dejan atrás.

Esos que se jactan de ser tan humanitarios, de tener tantísimas ONGs trabajando para dignificar la vida de la gente necesitada, se están descojonando de las más tristes de las calamidades y desesperaciones que se pueden sufrir. Yo es que me parto la caja, de verdad. Qué vergüenza.

El fragmento sitúa a un reportero en un hipotético campeonato atlético retransmitiendo la prueba de cien metros vallas. Usa todos los tópicos que abandera la más radical y extremista derecha: racismo, xenofobia, machismo. Habla de 650.000 magrebíes preparados para la prueba, las “Cheerleaders” de 200 kilogramos animándoles, se mofan también del ejército (armados con un saco de dormir, un termo de café, una porra y un “cetme” descargado), supongo que la gente de la Cope, la Conferencia Episcopal y los energúmenos que los jalean -tan gracioso fue el asunto que se repitió tres días seguidos a petición popular, nunca mejor dicho lo de popular- hubiesen preferido ver al ejército armado realmente y descargando toda la munición contra la amenaza que se les avecinaba. De hecho hacen un chiste muy fino sobre los muertos a disparos de la policía marroquí hablando de “se oye el pistoletazo de salida”. Tratando a los inmigrantes como perros rabiosos, como animales hambrientos que hasta se le comían el micrófono y las porras a los soldados. Pues sí, realmente esa pobre gente está hambrienta, pero son bastante menos animales que lo que me demuestra que son Feggeggico, la #%&$ Madre Iglesia, el Foro de los Homófobos, y todos sus secuaces.

Quisiera saber qué opinarían esa banda de fascistas metidos en esa asociación con dudosos objetivos creada por Aznar si hiciesen chanzas con alguno de sus familiares víctimas. ¿Una manifa, tal vez?.

Vergüenza, indignación, rabia, y no sé qué mas cosas me pasan por la cabeza. Me hierve la sangre. Es uno de esos momentos en los que dan ganas de salir a quemar iglesias y despellejar curas. Lo de la divertidísima canción que hicieron luego, y que también se comenta en el MP3, lo dejo para el sufrido lector, yo ya he tenido bastante.


Oyendo Come To The Mindyard, de Pickles


P.D.: Y porque estaba oyendo a los Pickles; si llega a estar sonando Bisbal no sé qué habría escrito...

1 Comments:

Blogger Herzeleid said...

Gracias, yo no lo hubiera escrito mejor, ni hubiera podido.

Mira que, nosotros que tenemos un humor muy negro, nos pongan de tan mala leche es que hay algo que falla.

21/10/05 15:21  

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