Virus y Trastos

Leo con perplejidad en Kriptópolis que se ha descubierto la posibilidad de que un virus infecte a un coche. Acojonante. En concreto se trata de que un móvil con Bluetooth puede infectar el sistema de navegación de algunos modelos de Lexus -¡rayos, truenos y hasta centellas!, el coche que guía Guillermito Puertas-, aunque no se sabe bien qué sistema operativo usa. Aquí la noticia completa. Hasta el momento, Lexus declina hacer declaraciones.

Algo así ya me podía yo oler, con las reticencias que tuve siempre a que mis preciadísimos bytes pululasen alegremente por los espacios etéreos. Reservas que me he tenido que comer con patatas, debido a su evidente utilidad e inevitabilidad.

Pero éste caso sienta un curioso precedente: ¿qué será lo próximo?. Me estremezco pensando lo que se le puede ocurrir a cualquier cocinilla por ahí:

• El Virus Jashondo de los Microondas, que le da 3 minutos más a la leche y te escalda la lengua.
  
• El Virus Capullete de las Minicadenas. Pones tu CD de The Cult a toda pastilla y cuando ya estás dentro de la ducha, indefenso, cambia a la radio y te sintoniza la Cope o Cadena Dial.
• El Virus HdP del Despertador. Se activa los domingos a las 10:00. Este almenos tiene vacuna: MasCafre Afterhours, actualizado al último garrafón.
  
• El Virus de las Maquinillas de Afeitar. Espeluznante.
• El Virus de la Tele. No puede empeorar mucho, salvo que estés viendo la final de la Champions y cuando van a tirar el penalty decisivo te cambie a Operación Triunfo.
• El Virus Guarro del Móvil. Afecta a los propios móviles, mandando guarreridas españolas por SMS a todos los contactos.
  
• [Ponga usted aquí su más temida putada electrónica]
  

Me quedo con una de las últimas frases de la noticia en SC Magazine: "no pasa nada si no usas ese sistema operativo para controlar el motor y los frenos, pero cuando lo hagas..."